Era lunes, y me encontraba en un dilema, estaban pasando algunos nuevos capítulos de Frasier, pero en otro canal iban a estrenar una serie de anime, Pokemón.
Si bien el anime en general no se caracteriza por ser enfocado al público infantil, a diferencia con los dibujos animados norteamericanos, Pokemón tiene todos los ingredientes de ser una serie para niños. Aún así, como me agrada dibujar, quería ver la serie para ver los diseños de los pokemón.
Era lunes y no iba a dejar de ver Frasier, pero en los comerciales cambiaba rápidamente de canal para ver Pokemón. Mi TV estaba con fallas, y si movía la antena para ver bien el anime, luego tendría problemas para ver Frasier, entonces veía el capítulo borroso y con algunas fallas de sonido. Tengo que admitirlo, la primera vez que apareció el Equipo Rocket (los malos de la serie), sentí miedo.
Sé que suena tonto, pero es la verdad, sería la combinación de adrenalina por estar cambia y cambia de canal intentando no perderme la trama de las dos series, el hecho de que no se notaban tan bien los personajes por la poca calidad del vídeo y del sonido, pero en esos momentos, creí que el Equipo Rocket representaba a la maldad pura en un anime para niños, y que los buenos de Pokemón la tendría muy difícil para avanzar. Claro, esa idea se fué por los suelos rápidamente, al poco tiempo me dí cuenta lo aburrido de la serie animada así que seguí mi rutina viendo Frasier.
Algunos años después, mi TV Blanco y Negro seguía en mi cuarto pero ya no funcionaba. La habíamos abandonado, ahora teníamos una computadora y ese era nuestro vicio. Mi hermano estaba usando un emulador de GameBoy para jugar Pokemón. La verdad es que no le veía gracia al juego, y si bien es catalogado como tipo RPG, le veía un escaso contenido en historia.
Muchos años después, me encuentro en Sao Paulo, en mi cuarto, y busco informaciones sobre consolas de videojuegos. No me decidía entre un Nintendo DSi o un PSP. Como lo que la calidad del vídeo no me impresiona, y si la calidad del juego, me decidí por "invertir" en un Nintendo, sabía que para el DSi la cantidad de juegos era impresionante, y en una variedad increíble. Aún así, por ahí ya había leído críticas "Los que tienen la portatil de Nintendo solo lo hacen para jugar Pokemón". Como de por sí, Pokemón no era de mi agrado, decidí que iba a conseguirme varios tipos de juegos, jugaría los clásicos, los nuevos, los innovadores, pero nunca...nunca Pokemón.
Pero decir nunca es muy peligroso a veces ¿no?. Hace un par de semanas, leyendo una página con informaciones de juegos para Nintendo DSi me encontré con una "promoción". La propia Nintendo estaba regalando vía Wi-Fi un pokemón extraño para quienes jugaran la versión HeartGold o SilverSoul. No sé porqué pero la idea Regalo - Pokemon - Wi-Fi comenzó a rondar por mi cabeza más y más en cuanto el tiempo límite para la promoción estaba por terminar. Faltando tres días para la promoción decidí conseguirme el juego e intentar alcanzar los requisitos mínimos para poder pedir el regalo. Después de tres horas de juego, había conseguido los requisitos y ya tenía mi Mew nível cinco en manos.
Mentira, el ganar fué solo una ilusión. Esas tres horas se han convertido en treinta horas de juego y un deseo inextinguible por hacer evolucionar mis ya casi cuarenta pokemón atrapados, y en la busqueda por el resto de los...¿cuatrocientos? ¿quinientos? pokemón que existen ahora (La serie inicial solo contaba con ciento cincuenta). Mi pequeña alegría es mi grupo de pokemon en nivel veinticinco que se ha vuelto ya invencible.
Eso sí, el proximo año sale la versión en ingles de Pokemon Black and White y una nueva de tanda de pokemón...para atraparlos a todos!
